Entrevista al escritor chileno sobre “Autor material”, una novela que recupera los audiolibros grabados por Carlos Herrera Jiménez durante su condena a perpetuidad por crímenes de lesa humanidad. “Fue desafiante porque yo quería trabajar con los documentos, estas cintas bastante oscuras que contenían la voz de un torturador”, afirma.
A 50 años del golpe contra Salvador Allende que dio inicio a la dictadura de Augusto Pinochet, el autor chileno Matías Celedón recupera en “Autor material” una serie de audiolibros grabados por un represor desde la celda donde cumple su condena por crímenes de lesa humanidad.
La novela, publicada por la editorial Banda Propia, no se agota en la transcripción de las frases que lee Carlos Herrera Jiménez y que donó a la Biblioteca Central para Ciegos de Santiago, ni siquiera en sus declaraciones en el juicio ni en los testimonios de la familia de sus víctimas. Se complementa con ensoñaciones en las que el militar se enfrenta con su conciencia y el dolor que causó y, además, una suerte de ensayo sobre la materialidad del sonido en contraposición con las imágenes.
El centro del texto es Herrera Jiménez, un exagente de de la Central Nacional de Informaciones condenado a perpetuidad por sus crímenes que cumple la pena junto a otros represores en la cárcel de Punta Peuco. “Es una novela estremecedora que también es artefacto y ensayo, texto y sonido”, destaca la contratapa del libro. “Autor material es más que un libro, es una instalación de palabras y voces”, agrega la escritora Cynthia Rimsky, quien participó de la presentación del libro en Buenos Aires junto al autor.
Matias Celedón es escritor, periodista y guionista. Autor de las novelas “La Filial”, “Trama y urdimbre”, “Buscanidos” y “El Clan Braniff”. De paso por Buenos Aires durante la Feria de Editores, conversó con Télam sobre la necesidad de plantear preguntas y de acompañar de un perfil del represor las grabaciones de su voz. A continuación, los tramos principales de esa charla.
Télam: El libro reúne desgrabaciones, citas de archivos judiciales y una suerte de ensayo sobre el protagonista. En la contratapa se lo describe como un artefacto, ¿Cómo lo describirías?
Matías Celedón: El concepto de artefacto me remite al arte contemporáneo. A la posibilidad que ofrece la literatura de ir juntando registros, de trabajar con distintos materiales y hacer un montaje. No me lo planteé así de entrada. Sucede que mis textos suelen entrar en otras zonas. Me interesan las artes plásticas, lo visual, el teatro como puesta en escena.
T: ¿Influyó en este modo de materializar el texto el hecho de que partieses de audiolibros que hizo un represor?
MC: En este texto en particular trabajé con el sonido como materia prima porque parte de los audiolibros. Entonces, es un libro escrito desde el sonido, desde el audio y los procedimientos tenían que ver con eso, aunque no me importan tanto los trucos sino la narración.
T: ¿Cómo te enteraste de la existencia de esos audios? ¿Cómo trabajaste con ellos?
MC: Este libro fue desafiante porque yo quería trabajar con los documentos y los documentos eran estas cintas bastante oscuras que contenían la voz de un torturador y asesino que está cumpliendo condena en la cárcel de Punta Peuco en Chile, donde están en las personas condenadas por violaciones a los derechos humanos. Me enteré de que existían por un reportaje en una revista. Al principio había algo en ese material que era un poco oscuro y perverso, yo me resistía a escucharlo pero tuve que hacerlo. Me sorprendió que estuviesen disponibles en una Biblioteca de Ciegos, que las personas no videntes tuviesen que exponerse a escuchar esos libros sin saber de dónde proviene esa voz, cuando la voz es un elemento indisociable de la personalidad. Por lo tanto me parecía que era justo hacer una advertencia a los potenciales escuchas de ese lector anónimo.