El escritor chileno Matías Celedón visitó la ciudad de Buenos Aires en el marco de la Feria de editores. Es periodista, guionista audiovisual y autor de las novelas La filial, Trama y urdimbre, Buscanidos, El clan Braniff y recientemente publicó Autor Material por Banda Propia.
Autor material es un libro híbrido basado en la escucha de 82 cintas grabadas desde el penal de Punta Peuco por Carlos Herrera Jiménez, ex agente de la Central Nacional de Informaciones y condenado a prisión por crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la dictadura de Pinochet. El material encontrado consta de narraciones en formato de audiolibro para la Biblioteca Braille. A partir de ese hallazgo, Matías construye una ficción con fragmentos de esos relatos y enfrenta un doble desafío: exponerse a la voz de un asesino y descubrir el origen de esta historia.
Autor material parte de un interrogante: ¿Cuál es el objetivo de estas grabaciones? ¿Redimirse? ¿Lavar culpas? ¿Hacer una obra de bien? Sin embargo, no deja de ser siniestro para el autor saber que a quienes está destinada esta escucha nunca sabrán la fuente, ni el espacio donde fueron grabadas.
En esta búsqueda Matías, en plena pandemia se somete como un fotógrafo de guerra a escuchar de la manera más objetiva posible cada una para descubrir una segunda lectura, que no encuentra de manera explícita pero que lo interpela por la fuerza de una voz que participó activamente en el período más oscuro de Chile. ¿Es lo mismo escuchar desde el conocimiento y el contexto de quien graba?
Matías Celedón logra una variedad de lecturas posibles, por un lado una ficción construida por extractos de escenas que forman parte de novelas clásicas que sincronizan con la temática, por un momento ficción y realidad se entrelazan y el personaje que graba se confunde con los que elige interpretar.
Por otro, Autor material es un ensayo hermoso sobre el sonido y la voz. Matías busca el cuerpo de la voz, la identidad detrás del sonido, el contexto de encierro en el ambiente, las inflexiones, el tono, la representación de los personajes, el perfil de lector según las obras leídas. En ese recorrido cita a Roland Barthes, Lucrecia Martel, entre otros y enlaza un tejido donde memoria, observación y sonido se vinculan en un mismo lenguaje.
En esta multiplicidades de interpretaciones que tiene el libro es necesario destacar el aporte al encuadre de la memoria, la búsqueda de la verdad, la intención de apartarse del silencio de la sociedad chilena para dejar huella de los acontecimientos del pasado, que influyen notoriamente en el presente.
A 50 años del golpe de estado chileno, Matías Celedón al igual que Nona Fernández o Alejandro Zambra nombra aquello que no se puede decir, lo pone en palabras y le da forma de libro.
Suenan Los redondos en el bar La farola de Dorrego y Corrientes, adentro está lleno producto de lectoras/es, editores/as y escritores/as que salen de la FED. El día está despejado y el sol nos permite disfrutar las mesas de afuera que dan al parque y a la avenida.
En la ciudad cosmopolita verde y tráfico se aggiornan para condensar belleza.
Con Natalia buscamos el lugar adecuado pero nos dimos cuenta que el sonido encerrado provoca ruido y sofocación. Y el sonido que emerge de la calle se pierde en el espacio y la suciedad se disipa o se transforma.
No fue casualidad la percepción siendo que íbamos a hablar de un libro cuyo eje fundamental es el sonido.
Es cierto que “El futuro ya llegó” en el parlante de arriba envolvía la charla y el ambiente.
─No me molesta─, dijo Matías. ─A mí me gustan Los redondos.
Hablamos del recital de Olavarría, de ciudad de La Plata y continuamos con lo que nos convocó.
En diálogo con AGENCIA PACO URONDO, conversó sobre el libro, la dictadura y la sociedad chilena.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo llega a vos la historia de Carlos Herrera Jiménez?
Matías Celedón: salió una nota en la revista The Clinic, que es como la revista Barcelona, un periódico semanal que se funda a partir de la detención de Pinochet, con una mirada irónica ácida y caústica de la realidad chilena. Para los 40 años de la dictadura te estoy hablando del año 2013, esta revista hizo notas sobre el interior de Punta Peuco, el penal donde están detenidas las personas que han sido enjuiciadas por violación de Derechos Humanos durante la dictadura. Suelen ser mandos medios, no hay ningún alto mando que este ahí y se construyó esta cárcel especial que fue muy polémica, en un momento nadie quería firmar el decreto porque significaba generar un recinto penitenciario independiente y para los violadores de derechos humanos lo cual generaba la visión de un trato especial. Así que siempre Punta Peuco ha sido un espacio medio tabú, que genera morbo porque de alguna manera uno no sabe lo que pasa adentro. A mí me pasó al ver este reportaje y enterarme de que Carlos Herrera Jiménez pasaba sus días grabando audiolibros para la biblioteca de ciegos, se me quedó esa imagen fundamentalmente, que este tipo condenado por este asesinato horrendo e involucrado en muchas otras causas y que espera que pase el tiempo a cumplir su condena encerrado grabando libros para los ciegos, que es justamente la gente que no va a tener acceso a ver el origen de esa fuente sonora, las grabaciones son anónimas están disponibles a todo público. Entonces me quedó esa imagen, el contexto de celda y ese tipo grabando los cassettes y a partir de ahí no pasó mucho, la nota se olvidó como suele ocurrir con la prensa y con el diario que al otro día sirve para envolver pescado y durante mucho tiempo yo me quedé con la idea y fue como echando raíces y arraigando en mi inquietud y de pronto llegó un momento en que dije voy a ver si esos cassettes existen. El reportaje en ese momento tenía pistas de audio que uno podía escuchar y ya con el tiempo dejaron de estar en la versión online los fragmentos sonoros, ahí dije bueno la única forma de saber cómo va a ser el libro es poniéndose a la cinta, ver primero si existen, si todavía están y segundo ver qué clase de material contenían, desde la desconfianza sobre todo teniendo en cuenta quien era la persona que grababa y el prontuario que tenía. Me pregunte por qué lo hacía, ¿es un gesto altruista? ¿Es una persona redimida que está tratando de hacer buena conducta, haciendo un gesto benéfico al grabar para la biblioteca? y a medida que fue pasando el tiempo me di cuenta que tal vez una manera de responderlas era abordando esto desde la ficción donde a través de la conjetura podía enarbolar una suerte de hipótesis de trabajo.
APU: ¿Cómo fue el proceso creativo y la posible respuesta a este interrogante inicial del por qué la existencia de este material?
M.C.: Indago a partir de una imagen y voy descubriendo las capas, cómo es el principio, el final o es una escena al interior de la novela, que veo en la superficie y cuál es el alcance simbólico o metafórico de esa misma imagen o cuáles son los elementos dramáticos que están en esa misma historia. Cuáles son los elementos conflictivos y que es lo que está en juego. Este es un hombre que torturó o estuvo en interrogatorios donde a las personas se les tapaban los ojos, me parecía perverso el someter a gente no vidente a una lectura al oído porque si bien el audiolibro uno puede reproducirlo en un parlante, probablemente es escuchado en un audífono donde las propiedades del sonido es aural, surge de tu conciencia, entonces me parecía que ese material mismo tenían una carga radioactiva; ya sea de memoria, de hacer una reconstitución de escenas y al mismo tiempo como una fuente de archivo al ser un micrófono abierto en Punta Peuco, la posibilidad de estar al interior de un espacio que genera mucho morbo dentro de la psiquis de chile pensando cómo ha elaborado, no elaborado o tratado de omitir las verdades de ese período para seguir avanzando.
En Chile tenemos estos defectos para resolver los conflictos, a diferencia que uno a acá ve como en una luz roja, la gente se descarga y el conflicto queda ahí; en Chile la gente trata de no decirlo, de taparlo, habla y trata de taparlo, de hacer como que no ha ocurrido.