Cartas a Vita Sackville-West, 1922-1928, es una selección de las misivas que la escritora inglesa le mandaba a su amiga y pareja, Vita Sackville-West, y en cuya vida se basó para escribir su novela Orlando. ¿Qué decía en esas cartas? Acá hacemos un zoom a una de las historias más notables de la literatura universal.
La idea la entusiasmó desde el principio. Cuando apenas unos “parches de sol” asomaban encima del siempre grisáceo cielo de Londres, Virginia Woolf desparramó frenética una idea sobre el papel. “Dejé caer mi cabeza sobre mis manos, mojé mi pluma en la tinta y escribí esas palabras casi de forma automática sobre una hoja en blanco, Orlando, una biografía”.
Era muy pronto para saberlo, pero Woolf (o Adeline Virginia Stephen, según su partida de nacimiento, en 1882) le estaba dando forma a la que sería una de sus novelas insignes. Orlando. En ese octubre de 1927, ya era una autora reconocida en Inglaterra. Había publicado sus primeras novelas, Fin de viaje (The Voyage Out, 1915) y Noche y día (Night and Day, 1919) que tuvieron una tibia recepción. Pero la mirada de los críticos cambió radicalmente con La señora Dalloway, de 1925, cuya arriesgada -y lograda- propuesta narrativa sorprendió al círculo literario.
No es de extrañar, durante la década de 1920, las letras británicas destacaron sobre todo por la escritura más vanguardista, experimental, arrojada y densa. Acaso los ejemplos cumbres son el Ulises (1922), de James Joyce, o La tierra baldía, de T.S. Eliot, en poesía.
Además, Woolf se había internado en el mundo editorial con su propia casa editora, Hogarth Press, fundada en 1917 junto a su marido, Leonard Woolf. De hecho, pudo haber publicado el Ulises, pero Virginia rechazó el manuscrito por el argumento que le dio su impresor R&R Clark: el temor a persecuciones legales debido a la “indecencia” de la novela del irlandés.
Acorde al espíritu tribal que se vivía en los ambientes literarios de la época, Virginia Woolf formaba parte del llamado Círculo de Bloomsbury, junto con otros intelectuales ingleses. Ahí había conocido a Leonard. Y durante las animadas tertulias del grupo fueron llegando otros nombres, entre ellos, la que se convertiría en una de las autoras destacadas de Hogarth Press, Vita Sackville-West.
Vita, cuyo nombre real era Victoria Marie Sackville-West, era una aristócrata y escritora que se había casado con Harold Nicolson, pero una chispa se encendió cuando conoció a Woolf, a comienzos de la década de 1920. A las dos, sin ganas de estar atadas a los convencionalismos de la era post Victoriana, les importó un comino ser un par de señoras casadas e iniciaron un intenso romance.
Esa pasión se fue colando en las cartas que Woolf le comenzó a mandar a Vita. Una selección de ellas está por primera vez disponible en nuestro idioma, con traducción chilena (realizada por Ángelo Narváez) en el volumen Escríbeme, Orlando. Cartas a Vita Sackville-West, 1922-1928, y lo publica la editorial chilena Banda Propia Editoras. ¿Por qué Escríbeme Orlando? Porque en estas misivas, Woolf comenzó a delinear la novela.