Catalina de Erauso
Nació en San Sebastián, España, 1592. Fue una figura atípica de la historia colonial. A los quince años escapa del convento para embarcarse en innumerables exploraciones al nuevo mundo. Bajo diferentes nombres e identidades masculinas participa de guerras, batallas y duelos, descubriendo diferentes rincones del continente latinoamericano. Fue nombrada alférez por participar en la recuperación de la bandera española y, años más tarde, el rey Felipe IV de España le mantuvo su graduación militar y fue pensionada por los servicios realizados. Vuelve a España en 1626, luego de descubrirse su identidad, y ese mismo año escribe su autobiografía durante una estadía en Nápoles. Retorna a América en 1630, y luego se pierde su rastro. Sus biógrafos sostienen que habría muerto en 1650.